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¿Hay dictadura buena? 

¿Hay dictadura buena? 

Lo ocurrido en El Salvador y las 20 reformas constitucionales de AMLO nos llevan a hacernos una pregunta que por simple lógica, pareciera que no deberíamos hacer : ¿Hay dictadura buena?

La historia mundial ha demostrado que no, que cuando los revolucionarios ganan se vuelven “conservadores”, y que cuando mandan al diablo las instituciones, ellos se quieren quedar.

El poder es lo que les da vida y en el caso de El Salvador, las urnas le han deseado larga vida a Nayib Bukele, mientras se entierra a la Constitución con su no re-elección. Porque las ganas de vivir en paz, lejos de las pandillas y la violencia, fueron suficientes para que los salvadoreños accedieran a realizar un sacrificio democrático, que después de sacarle el corazón latiente, eliminó la presencia de los partidos de oposición en las casillas y se convirtió en la crónica de una dictadura anunciada.

Mientras tanto en México, la paz parece lejana y la erosión democrática cercana. En un contexto en el que contrario a lo que ocurre en la nación centroamericana, surgen nuevos cárteles a luz del día que se adueñan del territorio -como el de Chiapas- y 91 personas son asesinadas cada día.

No hay nada que justifique el sacrificio democrático más allá de la ambición del momento y del temor y el rencor que se asocia con los abusos del pasado. 

Las emociones impiden el uso de razón y el presidente aprovecha el momento para seguir con su plan de “transformar” la Constitución, a menos de un mes de que arranquen las campañas presidenciales.

Este lunes presentó 20 reformas que tienen por fin incrementar el poder presidencial, debilitar a la SCJN nombrando a todos sus miembros, someter al INE, alterar la composición del Congreso para que MORENA sea la ama y señora, desaparecer la presunción de inocencia otorgándole a la FGR el poder de encarcelar a quien quiera con tan sólo acusarlo.

Además de que continúa con la militarización del país -que tanto le criticó a Calderón-, haciendo que la Guardia Nacional pase a formar parte de la SEDENA. A la vez que propone la desaparición de los organismos autónomos y con ellos, los contrapesos. 

En suma, lo que está pasando en El Salvador también está pasando aquí, muchos de los cambios que AMLO quiere lograr también los propuso Bukele para poder quedarse, como también lo hicieron en su momento Hugo Chávez y Daniel Ortega.

El camino es el mismo y la pregunta aquí es ¿Para qué quiere más poder si lo que necesita el país son más resultados?

Las alarmas se prenden y más allá de que la crónica de una dictadura y de una muerte anunciada se juntan en un mismo tomo, lo que ocurre no debe ser tomado a la ligera.

Porque el que MORENA hoy no tenga los votos, no quiere decir que después de las elecciones en Junio no los pueda tener, y que los nuevos congresistas no aprueben con fe ciega las reformas propuestas por su “líder moral”, que ha dicho irá a su rancho en Octubre. Aunado a esto, la candidata de la cuarta transformación, Claudia Sheinbaum, reconoció que estas reformas integrarán su plan de gestión y que serán presentadas en su arranque de campaña en el Zócalo de la CDMX.

No hay más. El 2024 es el año en el que mientras otras naciones envían misiones espaciales, México deberá responder si hay dictadura buena y si la erosión democrática vale la pena, aunque no se sepa bien para qué. 

El último en salir, apague la luz.

@StephanieHenaro

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